Los rascacielos…

Los hombres rompen el bosque como un cuchillazo.
Se escucha su artillería sigilosa.
El bosque se convierte en calles vacías con nombres.
La arena de las playas se cristaliza en ceniza.
Los rascacielos emergen de la nada.

El sudor de un hombre baja por su frente agria
Repica en una botella de cerveza como una flecha roja.
Pero como si fuese un martillo amargo
No le importa, la rompe sin piedad.

Un águila logra atravesar la frondosa cordillera,
Donde una vez logró volar sobre aquellas montañas.
Hace sonidos chocantes como el de una sirena
Porque quiere anunciar que se secaron las raíces.
Que donde había inmortales bosques, sólo queda sombra.
Que aquellos caracoles que solía comer ya no tienen donde vivir.
Pero eso no importa, ahora el águila puede navegar con agilidad
sobre las calles, esquivando los rascacielos, y añorando ser libre.